Una multitud recibe al papa en su visita histórica a la isla francesa de Córcega
El papa Francisco fue aclamado el domingo por una multitud en Córcega, en la primera visita de un sumo pontífice a esta isla francesa del Mediterráneo.
Una semana después de la pomposa reapertura de Notre Dame de París a la que declinó asistir, el papa llegó a Ajaccio para una visita de unas horas.
El pontífice argentino, en silla de ruedas, todavía con un hematoma en la cara debido a una caída al salir de la cama hace unos días, fue recibido en el aeropuerto por el ministro del Interior, Bruno Retailleau, y un pequeño grupo de niños corsos.
En las calles de Ajaccio, la principal ciudad de esta isla mediterránea de 350.000 habitantes con un 80% de católicos, según el Vaticano, unos 12.000 fieles, según las autoridades, se congregaron en el recorrido que hizo Francisco en su papamóvil.
Algunos de ellos, madrugaron para poder ver al papa.
Karine Nicolaï, de 50 años, se levantó a las 04H00 de la mañana para tomar un tren. "¡Es fantástico, de verdad, nunca vino a Córcega! [...] ¡Es histórico!", dijo a AFPTV.
El pontífice, a punto de cumplir 88 años, participó en la clausura del congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo".
En él, abogó por "un concepto de laicidad que no sea estático y rígido, sino evolutivo y dinámico".
Una laicidad "capaz de adaptarse a situaciones diversas o inesperadas, y de promover la colaboración constante entre las autoridades civiles y eclesiásticas para el bien de toda la colectividad, permaneciendo cada uno dentro de los límites de sus propias competencias y espacio", dijo ante religiosos y teólogos.
- "Actitudes excluyentes" -
El jesuita argentino también advirtió del "riesgo" que "la piedad popular sea utilizada o instrumentalizada por grupos que pretenden fortalecer su propia identidad de manera polémica, alimentando particularismos, antagonismos y posturas o actitudes excluyentes", en un mensaje que podría ir dirigido a los nacionalistas corsos.
En Córcega, un nuevo movimiento nacionalista de extrema derecha, Mossa Palatina, defiende "la supremacía del catolicismo" y asegura que "Córcega nunca será Lampedusa", esa isla italiana donde llegan innumerables migrantes que han cruzado el Mediterráneo. Este discurso se opone totalmente al del papa, que siempre se ha expresado a favor de la acogida de migrantes.
A las 15H30, está prevista una misa al aire libre donde participarán unas 9.000 personas.
Francisco tomará el avión de regreso a la Santa Sede hacia las 18H00, según el Vaticano, tras reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el aeropuerto.
Esta visita, la primera de un papa a Córcega, tiene lugar una semana después de la reapertura de la catedral de Notre Dame de París, luego de cinco años de un devastador incendio. Francisco declinó la invitación oficial de Macron para asistir a esas celebraciones.
Ante la sorpresa generada por este viaje, varios obispos franceses señalaron el apego del papa a las "periferias" de la Iglesia y las limitaciones de su agenda en Roma.
El sumo pontífice fue invitado a Córcega por el cardenal francoespañol François-Xavier Bustillo, obispo de Ajaccio.
El papa "en breve cumplirá 88 años y tiene problemas de movilidad, pero la cabeza y el espíritu ahí están", dijo Bustillo recientemente a AFP sobre la visita del pontífice.
"Y en una época en la que hay una tendencia a apartarse, el papa se da hasta el final. Es un hermoso modelo de vida", agregó.
El jefe de la Iglesia católica ya realizó dos visitas en territorio francés desde el inicio de su pontificado en 2013: una en Estrasburgo en 2014 y otra en Marsella en septiembre de 2023, pero nunca efectuó una visita de Estado.
C.F.Salvi--BD