Chemnitz, núcleo de la extrema derecha alemana, busca reinventarse como centro cultural europeo
Conocida como Karl-Marx-Stadt en tiempos de la RDA, entonces bajo influencia de la Unión Soviética y, más tarde, núcleo de la violencia de extrema derecha, la ciudad de Chemnitz, en el este del país, aspira ahora a reinventarse como Capital Europea de la Cultura en 2025.
Chemnitz se prepara para acoger a unos dos millones de visitantes a partir del 18 de enero, durante un año de proyectos artísticos y culturales que incluyen exposiciones, conciertos, teatro, cine y danza.
Las celebraciones buscan resaltar el lado cosmopolita de la ciudad sajona de 250.000 habitantes, que suele quedar eclipsada por sus grandes vecinas Dresde y Leipzig.
El alcalde de Chemnitz, Sven Schulze, espera que el evento cambie la imagen de su localidad, donde en 2018 se acusó a ultraderechistas de cazar migrantes por las calles, entre bloques de viviendas prefabricadas de la época de la Guerra Fría.
"Chemnitz es una ciudad que a menudo se encuentra en la sombra, que está infravalorada, que ha experimentado muchos trastornos en las últimas décadas", dijo Schulze, del Partido Socialdemócrata del canciller Olaf Scholz.
"Como Capital de la Cultura, queremos resaltar la ciudad, su potencial oculto, su gente", declaró a AFP.
Pero no todo el mundo en Chemnitz ve este proyecto con buenos ojos, incluso dentro del Consejo municipal, donde el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), hostil a los gastos culturales, pasó en junio a ser la primera fuerza.
Algunos grupos de extrema derecha presentaron el año pasado una moción pidiendo la cancelación del proyecto Chemnitz 2025, calificándolo de "delirante" y "vergonzoso".
Denuncian que la iniciativa constituye un despilfarro del dinero de los contribuyentes en un momento en el que muchos habitantes atraviesan dificultades económicas, y planean manifestarse en contra el día de su inauguración.
- "Una especie de circo" -
Epicentro de la industria textil del siglo XIX, Chemnitz tiene una historia turbulenta.
En 1953 pasó a llamarse Karl-Marx-Stadt y en el centro de la ciudad se erigió un gigantesco monumento de bronce con la inscripción: "¡Proletarios del mundo, únanse!".
Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, la ciudad sufrió cierres de fábricas, un desempleo masivo y un declive demográfico, algo que ocurrió en gran parte de la región.
El descontento alimentó la xenofobia y el extremismo de derechas.
En 2018, un inmigrante sirio mató a un alemán en Chemnitz, provocando días de protestas que derivaron en violentos disturbios.
La ultraderechista AfD ha conseguido un fuerte apoyo en Chemnitz. En las elecciones regionales del pasado septiembre, recabó en esa ciudad un 26% de los votos.
El abogado Martin Kohlmann, de 47 años, miembro del grupo populista de derecha Pro-Chemnitz, fue uno de los que salieron a la calle en 2018.
Según él, el dinero debería gastarse en "hacer la ciudad agradable para sus propios habitantes, no en atraer turistas, inversores y a todo el mundo".
Los ciudadanos quieren "museos, piscinas, transporte público y no una especie de circo que viene a la ciudad", señaló.
- "Enorme shock" -
El programa Chemnitz 2025 incluye iniciativas destinadas a sacar a la luz los peligros del extremismo.
Entre ellas, figura un nuevo centro de documentación sobre los crímenes del grupo neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU). Sus tres miembros, que asesinaron a nueve inmigrantes turcos y griegos entre 2000 y 2009, se refugiaron en algún momento en la ciudad.
Anja Richter, directora del museo y galería de arte Gunzenhauser, considera imprescindible pasar página del "enorme shock" que supusieron los disturbios de 2018, que dejaron una veintena de heridos.
"Todos estamos tratando de dejar eso atrás, de sacudirnos y hacer algo al respecto, especialmente en la escena cultural", dijo.
Pero en el periodo previo a Chemnitz 2025, muchas organizaciones artísticas y culturales se han encontrado en el punto de mira de activistas de extrema derecha.
Según un reciente informe del gobierno local, los grupos artísticos han sido objeto de "presiones políticas, difamaciones y amenazas en las redes sociales, amenazas abiertas, interrupción de actos y agresiones físicas".
Para evitar problemas a los visitantes, los cafés, restaurantes y otros lugares que apoyen las festividades exhibirán pegatinas que los identifiquen como "aliados" de Chemnitz 2025.
"Estamos haciendo mucho para que nadie tenga miedo de venir", aseguró Sven Schulze, el alcalde.
X.Badami--BD