Kurdos iraníes en Irak temen nuevos ataques de Irán
"Estos son misiles del régimen", afirma Karim Farkhapour, un dirigente del Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI), mostrando un edificio dañado de la oposición kurda iraní en el montañoso norte de Irak.
"El régimen iraní nos ha bombardeado tres veces en los últimos dos meses", agrega.
Irán ha enfrentado dos meses de protestas desatadas por la muerte de la kurda iraní Mahsa Amini, de 22 años, estando bajo custodia policial.
Teherán ha culpado de las protestas a fuerzas externas y grupos kurdos exiliados, cuyas bases ha bombardeado con misiles y los llamados drones suicidas.
El cuartel del PDKI, llamado "el Castillo", cerca de la localidad de Koysinjaq, tiene el aspecto de un fuerte desértico salido de una novela de aventuras.
El movimiento se instaló en el sitio en 1993 en la era del exdictador Sadam Husein, depuesto en la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003 y ejecutado tres años después.
Doce miembros del PDKI murieron y 20 resultaron heridos en los últimos ataques en el sitio, dijo Farkhapour.
Los miembros del PDKI evacuaron el fuerte, seriamente dañado y con cables colgando del techo de su biblioteca y libros desparramados en el piso.
En otra sala, Farkhapour caminó entre los escombros para llegar a una bandera kurda que estaba sin daños.
"El régimen de Teherán nos va a atacar de nuevo", vaticinó tristemente. "No se ha acabado, ya lo verás".
- Verdad oculta -
No es la primera vez que la Guardia Revolucionaria Islámica Iraní lanza ataques contra el PDKI u otros grupos en el Kurdistán iraquí.
El gobierno iraní califica a esas facciones como "terroristas" y las acusa de alimentar las protestas desde la muerte de Amini el 16 de septiembre.
La joven había sido detenida por la policía de la moral por supuestamente violar las estrictas reglas de vestimenta para mujeres.
Irán acusa a los grupos de importar armas por la porosa frontera con Irak mediante redes de contrabando.
"Falso", replica Moustafa Mouloudi, otro dirigene del PDKI en Koysinjaq.
"No hay absolutamente ninguna evidencia de que hayamos traficado armas de Irak a Irán", afirmó. "Es una mentira que el régimen inventó para ocultar la verdad. El régimen es el terrorista".
Grupos kurdos iraníes como el PDKI y Komala han estado en la mira de Teherán de larga data.
Se instalaron en el Kurdistán iraquí en los años 1980 con el aval de Sadam, quien entonces estaba en guerra con Irán y muchos son de orientación socialista.
"Somos un partido secular y luchamos por los derechos de las mujeres", explica Farkhapour.
Analistas consideran que se han abstenido de realizar actividades armadas los últimos años, pero hacen campaña activamente desde el exilio.
El PDKI denuncia la discriminación sufrida por la minoría kurda iraní, de unos 10 millones entre una población de 83 millones en Irán.
El grupo ha exigido un gobierno plenamente democrático en Irán, en el que las provincias kurdas tengan amplia autonomía.
- Vivir con miedo -
El grupo mantiene una rígida estructura jerárquica y exigió que los periodistas de AFP se apeguen a un programa oficial durante la visita.
Dentro del PDKI "somos libres", sostuvo Shaunem Hamzi, una activista de 36 años que vive en Koysinjaq con sus padres.
Antes de los últimos ataques, ella vivía en un campamento del PDKI a 500 metros del alcázar, donde unas 200 familias residen en casas de hormigón o concreto.
Sin embargo, los últimos ataques "han sido más fuertes que los anteriores. Los niños, las familias estaban muy asustadas. Ahora vivimos con miedo de morir".
Como otros habitantes, Hamzi debió dejar el campamento y suele cambiar su lugar de pernoctar.
Como mujer kurda iraní, se identifica fuertemente con el movimiento de protestas que sacude a Irán.
"Si el régimen nos hace parar temporalmente, las protestas continuarán de nuevo porque está en nuestros corazones", expresó animadamente.
"Los manifestantes nunca acatarán las reglas del régimen".
F.Mahajan--BD