Batalla ambiental agita las aguas en la isla colombiana de Gorgona
Paraíso de la biodiversidad colombiana, la isla Gorgona está en el centro de un debate ambiental. Ecologistas se oponen a la construcción de una estación de guardacostas y piden al gobierno izquierdista suspender las obras en "coherencia" con su lucha contra el cambio climático.
Famosa por la prisión que albergó durante dos décadas, Gorgona es también una joya natural de origen volcánico, cubierta de una exuberante selva tropical, rodeada de montañas y refugio de ballenas jorobadas entre otras especies marinas en el océano Pacífico.
La construcción allí de un complejo militar por parte de la Armada despertó el rechazo de ambientalistas que interpusieron una acción popular en noviembre para detener las obras, al tiempo que le exigen al mandatario Gustavo Petro congruencia con su programa medioambiental.
Los querellantes esperan que un juez tome una medida cautelar y detenga la construcción en curso ante el impacto ecológico.
"Pero el ideal sería que el doctor Petro entrara en razón, cumpliera sus promesas como candidato (...) Si el presidente de la república, que es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas, quiere, en un segundo para ese proyecto", dice a la AFP el exsenador Jorge Robledo, uno de los voceros del grupo de líderes ambientales y políticos que impulsa el recurso de amparo.
Robledo pide "un mínimo de coherencia" al gobierno que asumió el 7 de agosto con un ambicioso plan de protección medioambiental y lucha contra la crisis climática.
De su lado, la Armada defiende la construcción que inició en 2019. Le permite una "ventaja táctica" en el combate al narcotráfico y delitos ambientales, según el comandante de guardacostas Javier Bermúdez.
"Si este proyecto no se desarrolla los que ganan son la criminalidad", explica el militar a la AFP y asegura que el proyecto cuenta con "tres estudios ambientales" que mitigan cualquier riesgo.
- Ecosistema "frágil" -
Más pequeño que el archipiélago de Galápagos, reserva mundial de la biosfera situada a 1.400 km al oeste, el parque natural Gorgona es una zona protegida de 60.000 hectáreas que alberga varias especies endémicas. La reserva emergió de los restos de una cárcel que infundió terror en Colombia.
Desde los años sesenta hasta su cierre en 1984, los criminales más peligrosos fueron recluidos allí y sometidos a torturas. Hoy los turistas sustituyen a los presidiarios, atraídos por arrecifes de coral, animales exóticos y la espesura del bosque a 64 km de tierra firme.
El biólogo Felipe Gulh, profesor de la Universidad de los Andes, está "seguro de que se van a generar daños" con las obras en la pequeña isla de once kilómetros de largo por cuatro de ancho.
Gorgona "es un santuario biológico" muy "frágil" y cualquier intervención afectará corales, peces y fauna alrededor, explica.
En 2015 la agencia encargada de aprobar las licencias ambientales autorizó la construcción del complejo militar que incluye un muelle de 132 metros de largo, un radar y viviendas para los militares. Las obras cuentan con la financiación de Estados Unidos, el principal socio antidrogas de Colombia.
De acuerdo a la Armada, en la zona se cometen delitos de pesca ilegal, tráfico de fauna, deforestación, contaminación marítima, narcotráfico, contrabando, entre otros.
"¿Por qué construir en la isla una base que se podría, creo yo, hacer perfectamente en la costa? (...) 60 km de distancia entre la isla y tierra firme no deben hacer gran diferencia con las tecnologías que tenemos hoy en día" para vigilar, se pregunta el profesor Gulh.
- "Preocupa muchísimo" -
Como consecuencia de las lluvias casi diarias, el agua dulce fluye por todas partes en esta rica selva húmeda tropical (1.600 hectáreas) con temperaturas que rondan los 30°C.
Unos 6.400 turistas visitan Gorgona cada año y deben desembarcar de manera aparatosa ante la falta de un muelle, argumenta Daniel Agudelo, jefe de parques naturales en Gorgona, para quien el proyecto es "factible".
En la misma línea, el comandante Bermúdez defiende el complejo militar, necesario para "contrarrestar" el "multicrimen".
"No podemos tener áreas protegidas de papel. Necesitamos tener la labor policial para ejercer esa autoridad ambiental (…) aquí hay unas amenazas" a la conservación, asevera Bermúdez.
La fuerza pública mantiene en Gorgona un pequeño contingente de 22 militares de la Armada. En 2014 la isla fue blanco de una espectacular incursión de la extinta guerrilla de las FARC, lo que provocó el cierre del parque durante dos años.
Gorgona, que tomó su nombre de la Medusa de la mitología griega, está situada en un corredor de narcotráfico hacia el norte.
El profesor Guhl hace un "llamado muy claro" para detener el proyecto.
"A la academia nos preocupa muchísimo esta situación, precisamente porque somos conscientes (...) del tesoro que es la isla Gorgona desde el punto de vista biológico", concluye.
H.Majumdar--BD