Ley sobre cambio de género agrava las tensiones entre Escocia y el gobierno británico
Las tensiones entre los gobiernos central británico y regional escocés, altas desde hace tiempo debido al proyecto independentista de este último, se agravaron el martes después de que el ejecutivo de Londres bloquease una ley de género aprobada por el Parlamento autónomo de Escocia.
Aprobada el 22 de diciembre tras un acalorado debate, la ley pretende facilitar el reconocimiento del cambio de género eliminando el requisito de un diagnóstico médico y psiquiátrico y rebajando a 16 años la edad mínima para solicitarlo.
Pero el gobierno británico bloqueó el lunes la nueva legislación, recurriendo por primera vez a una disposición de la Ley de Escocia de 1998 que regula el reparto de competencias entre Londres y Edimburgo. Algunas competencias como la educación y la sanidad corresponden al parlamento regional escocés, mientras que el poder central conserva por ejemplo la defensa. Otras son compartidas.
Esta decisión se produce dos meses después de que el Tribunal Supremo británico dictaminara que Escocia no podía celebrar un nuevo referéndum de autodeterminación sin el acuerdo de Londres. El gobierno conservador se opone frontalmente a un nueva consulta sobre la independencia, cuando el 55% de los escoceses decidió permanecer en el Reino Unido.
Los partidarios de un nuevo referéndum creen que el Brexit, al que se opuso el 62% de los escoceses, ha cambiado la situación, reavivando las tensiones.
El martes, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, líder del independentista SNP, acusó a Londres de utilizar la ley de reasignación de género para "debilitar" al parlamento escocés.
"No hay buena fe" en la actitud del gobierno británico, declaró a la BBC, acusándolo de ser "cada vez más hostil hacia el parlamento escocés".
Sin embargo, matizó sus comentarios anteriores en que habían defendido convertir las próximas elecciones generales en un plebiscito de facto sobre la independencia de Escocia, propuesta que no cuenta con unanimidad en las filas del SNP.
- "Complicaciones" -
Ahora se avecina una batalla legal: el ejecutivo escocés anunció que acudirá "a los tribunales" para defender su ley de género, pero también "la institución del Parlamento escocés, la capacidad de los parlamentarios escoceses elegidos democráticamente para legislar en sus ámbitos de competencia".
En la Cámara de los Comunes, el ministro para Escocia, Alister Jack, defendió de nuevo el martes la base jurídica de la decisión británica, denunciando a "quienes pretenden politizar esta decisión diciendo que representa algún tipo de desprecio constitucional", ante los abucheos del SNP.
El gobierno del conservador Rishi Sunak apoya la idea de que el reconocimiento del sexo sólo sea posible a partir de los 18 años, según Downing Street.
La oposición laborista, a la que Sturgeon acusa de ser demasiado tímida, criticó al gobierno por no haber buscado antes un compromiso con Edimburgo.
El texto ha suscitado una oleada de críticas, desde la escritora J.K. Rowling, autora de la saga Harry Potter, hasta la relatora especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, pues sus detractores temen que las lagunas legales faciliten el acceso de los hombres a los espacios exclusivos para mujeres.
- "Dignidad" -
Al mismo tiempo, un puñado de manifestantes se concentró ante Downing Street para defender los derechos de los transexuales.
"Es ridículo que este gobierno conservador transfóbico esté anulando la descentralización, la democracia y la simple decencia para atacar a un pequeño grupo de personas que sólo quieren algo parecido a la dignidad", declaró a AFP Owen Hurcum, activista de 25 años por los derechos de los transexuales.
El gobierno anunció el martes que presentará próximamente un proyecto de ley para prohibir todas las terapias de conversión, incluidas las dirigidas a personas transexuales.
P.Raval--BD