Ataques masivos de Israel contra instalaciones militares en Siria
El ejército israelí ha destruido las principales instalaciones militares de Siria con unos 250 ataques aéreos desde la caída del domingo del gobierno de Bashar al Asad, tras una fulgurante ofensiva rebelde, informó el martes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Esta organización, con una vasta red de fuentes en Siria, afirmó que el ejército israelí "ha destruido los principales sitios militares" con bombardeos contra aeropuertos, radares, depósitos de armas y municiones, centros de investigación militar y navíos.
Periodistas de la AFP escucharon el martes de madrugada fuertes explosiones en Damasco e imágenes en directo de AFPTV mostraron espesas columnas de humo en el centro de la capital.
Los ataques israelíes buscan "la destrucción de las armas que quedan en almacenes y unidades militares que estaban controladas por las fuerzas del antiguo régimen", aliado de Irán y del movimiento libanés Hezbolá, estimó el OSDH.
El ejército israelí no comentó de inmediato estos informes. El lunes había confirmado la destrucción en los últimos días de "armas químicas" en Siria para evitar que caigan en manos de los rebeldes.
También lleva a cabo desde hace varios días una incursión en la zona de distensión alrededor de los Altos del Golán, un territorio sirio ocupado y anexionado desde 1967.
Las nuevas autoridades de Siria están animadas por "una ideología extrema del islam radical" y "por eso hemos atacado los sistemas de armas estratégicas (...) para que no caigan en manos de extremistas", declaró el lunes el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Saar.
- "Traspaso de poder" -
Entretanto, en Damasco, el líder de los rebeldes sirios, el islamista Abu Mohamed al Jolani, se reunió el lunes con el ex primer ministro del país para coordinar el "traspaso de poder".
Al Asad huyó de Siria ante el relampagueante avance de una coalición de rebeldes liderados por la organización islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que tomó la capital el domingo y puso fin a más de cinco décadas de gobierno de la dinastía fundada por el padre de Bashar, Hafez al Asad.
Siria llevaba sumida en una guerra civil desde 2011, cuando el gobierno de Al Asad reprimió de forma feroz una ola de protestas pacíficas, lo que derivó en un conflicto que dejó 500.000 muertos y obligó a la mitad de la población a huir de sus hogares.
Al Jolani, que usa ahora su verdadero nombre Ahmad al Shareh, se entrevistó con el ex primer ministro Mohamed al Jalali "para coordinar un traspaso del poder que garantice el suministro de los servicios" a la población, indicaron los rebeldes en un comunicado.
El partido Baaz, del presidente derrocado, aseguró que apoya una transición "para defender la unidad del país".
Por su parte, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, declararon el lunes que están "dispuestos a cooperar con los nuevos dirigentes", según la cancillería alemana.
Aunque Al Jolani, nacido en 1982, ha intentado distanciarse de su pasado vinculado a organizaciones yihadistas, muchos gobiernos occidentales consideran su HTS como un grupo "terrorista".
- Tortura -
Desde la caída de Al Asad, miles de personas acudieron frente a la cárcel de Saydnaya, un símbolo de las atrocidades cometidas en las últimas décadas, para buscar a sus familiares.
Los Cascos Blancos, una red de socorristas que durante el conflicto operaron en las zonas controladas por los rebeldes, informaron que buscan a prisioneros atrapados en escondites y sótanos.
El gobierno que Asad heredó de su padre un complejo sistema de prisiones usado para reprimir cualquier disidencia al partido gobernante.
Un combatiente rebelde reveló a la AFP que halló unos 40 cuerpos en la morgue de un hospital cerca de Damasco con evidentes señales de tortura.
Al Jolani anunció el martes que publicará próximamente una lista de las autoridades del anterior gobierno "implicadas en torturas contra el pueblo" y prometió "perseguir a los criminales de guerra".
Aida Taha, de 65 años, contó que recorrió las calles "como una loca" en busca de su hermano, detenido en 2012.
"Llevamos mucho tiempo oprimidos", afirmó la mujer que señaló que todavía hay detenidos en los sótanos y que necesitan los códigos de las puertas para entrar.
- "Pesadilla" -
Según los expertos, el gobierno de Al Asad no pudo sostenerse sin el apoyo de sus aliados, con Rusia centrada en Ucrania e Irán y Hezbolá desgastados por sus enfrentamientos con Israel.
El OSDH estimó que al menos 910 personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva de los rebeldes el 27 de noviembre.
Numerosas personas se congregaron en la Plaza de los Omeyas de Damasco para celebrar la caída del régimen con la bandera de tres estrellas rojas que representa a la oposición.
"Nunca pensamos que esta pesadilla fuera a terminar", dijo Rim Ramadan, de 49 años.
Sin embargo, no esta claro cómo podría Al Asad rendir cuentas ante la justicia, sobre todo después de que el Kremlin se negara el lunes a confirmar las informaciones de las agencias de noticias rusas de que había huido a Moscú.
V.Handa--BD