Clarence y Ginni Thomas, la poderosa pareja conservadora de EEUU
Clarence Thomas, el juez más conservador de la Corte Suprema de Estados Unidos, y su esposa Ginni, una activista implicada con la cruzada de Donald Trump para desafiar su derrota electoral en 2020, tienen cada vez más dificultades para convencer del hermetismo de sus carreras.
Casada desde hace 35 años, esta poderosa pareja ha estado en una posición delicada desde la divulgación de mensajes de texto y correos electrónicos que atestiguan los esfuerzos posiblemente ilegales de ella para mantener a Trump en la Casa Blanca.
Dado que los casos relacionados con Trump posiblemente terminen en el tribunal superior, han surgido dudas de que el juez Thomas pueda actuar de manera justa e independiente.
Ginni Thomas se espera que testifique en las próximas semanas ante el comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Congreso del 6 de enero de 2021 por parte de los partidarios de Trump que buscaban impedir la certificación electoral del demócrata Joe Biden.
"La señora Thomas está ansiosa por responder las preguntas del comité para aclarar cualquier concepto erróneo sobre su trabajo en relación con las elecciones de 2020", declaró su abogado, Mark Paoletta, la semana pasada a la prensa.
- ¿Interferencia? -
Ginni Thomas, una cabildera de 65 años que gravita desde hace tiempo en los círculos ultraconservadores de Washington, asistió el 6 de enero a un mitin en el que Trump instó al Congreso a rechazar la victoria de Biden. Pero dijo que se fue antes de que la multitud llegara al Capitolio.
¿Tuvo un papel más activo en la asonada? Entre noviembre de 2020 y enero de 2021, envió más de 20 mensajes a Mark Meadows, el jefe de gabinete de Trump, implorándole "no reconocer" la derrota. "¡Ayuda a este gran presidente a mantenerse firme, Mark!", escribió en uno de los textos reproducidos en los medios.
En el mismo período, el juez Thomas fue el único de los nueve miembros de la Corte Suprema que apoyó una petición respaldada por Trump que buscaba anular los resultados de las elecciones en un estado.
Y en enero de 2022, Thomas fue nuevamente el único juez que apoyó una solicitud de Trump para prohibir la publicación de los registros de la Casa Blanca relacionados con la toma del Capitolio.
Los demócratas denuncian un profundo conflicto de interés y piden que Thomas se recuse de los casos relacionados con el intento de Trump de revertir el resultado electoral de 2020.
Pero Ginni Thomas asegura que no hay interferencia.
"Al igual que muchas parejas casadas, compartimos muchos de los mismos ideales (...) pero tenemos nuestras propias carreras, separadas", dijo en entrevista con el Washington Free Beacon. "Clarence no habla de su trabajo conmigo y yo no lo involucro en mi trabajo", aseguró.
- Autocaravana -
Como pareja interracial (él negro, ella blanca), los Thomas han capeado no pocas tormentas desde que el presidente republicano George H.W. Bush lo eligió en 1991 a él para integrar la Corte Suprema.
Durante una audiencia en el Senado, retransmitida en directo por televisión, una de sus exasistentes lo acusó de acoso sexual. Clarence Thomas lo negó rotundamente, denunciando un "linchamiento".
Ginni Thomas, con quien Clarence Thomas se casó en segundas nupcias en 1987, estuvo a su lado durante las explosivas comparecencias. Ella dijo que fue una "prueba de fuego".
Herido por lo ocurrido, Thomas pasó la mayor parte de su carrera en la Corte Suprema en silencio, pronunciándose casi exclusivamente a través de sus votos y opiniones escritas en miles de casos.
En verano, cuando salía de vacaciones con su esposa, a este entusiasta de las autocaravanas le gustaba no ser reconocido en los campings del país o en los estacionamientos de los supermercados Walmart donde estacionaba su enorme vehículo.
Pero desde que Trump nombró a tres conservadores a la Corte Suprema, dándoles una sólida mayoría de 6-3, Thomas se ha vuelto más contundente.
En junio escribió una sentencia que consagra el derecho de los estadounidenses a salir armados de sus hogares. Y cuando la Corte Suprema dinamitó el derecho al aborto, fue más allá que sus colegas al querer, en un argumento aparte, revisar los derechos a la anticoncepción o al matrimonio homosexual.
Muy apegado a las libertades personales, el juez es hostil a los programas de discriminación positiva, de los que sin embargo se benefició para ingresar a la prestigiosa Universidad de Yale. El tema estará en el menú de la Corte en noviembre y su opinión deberá pesar.
Aquí, nuevamente, los paralelismos con su esposa son sorprendentes: a principios de la década de 1990, como abogada del Departamento de Trabajo, Ginni Thomas argumentó en contra de convertir en ley que a las mujeres se les pague lo mismo que a los hombres en trabajos comparables.
H.Oommen--BD