Enésimas elecciones en Bulgaria para intentar salir de la crisis
Bulgaria vota este domingo por cuarta vez en 18 meses y los pronósticos anuncian un parlamento dividido y un rompecabezas para formar gobierno, en un tenso contexto por la guerra en Ucrania.
Desde la primavera boreal de 2021, este país pobre de los Balcanes padece una inestabilidad política sin precedentes desde el fin del comunismo.
Los protagonistas de las elecciones son los mismos, aunque sus roles han cambiado.
El exprimer ministro Boiko Borisov, que cayó en desgracia tras una década en el poder, podría volver con fuerza, según sondeos publicados el viernes que otorgan a su partido conservador Gerb más del 25% de intención de votos. Su eslogan es: "Más fuerte que el caos".
Este hombre de 63 años salió debilitado en 2020 por las masivas manifestaciones contra la endémica corrupción. Pero tras una travesía del desierto, está de vuelta, en un contexto de preocupación popular por la explosión de los precios.
Borisov hace campaña criticando la "inexperiencia" de su adversario liberal Kiril Petkov, que gobernó apenas siete meses antes de caer por una moción de censura en junio pasado.
- Prorrusos -
Petkov, exempresario formado en Harvard de 42 años que fue elegido con la promesa de erradicar la corrupción, pudo formar con muchas dificultades un heterogéneo gobierno de coalición de cuatro partidos.
Pero la guerra en Ucrania y la crisis energética lastró a su gobierno, todo ello bajo la mirada del presidente Roman Radev, de supuestas simpatías prorrusas.
En este país del exbloque comunista, con vínculos históricos, económicos y culturales estrechos con Moscú, la ofensiva rusa divide profundamente a la sociedad.
Muchos ciudadanos consideran que el Kremlin no es responsable de la situación actual, y están dispuestos a votar por el partido nacionalista prorruso Vazrajdane (Renacimiento), que podría ingresar al parlamento, pues los sondeos le otorgan 11% a 14% de votos. Los socialistas, también cercanos a Moscú, pueden obtener en torno al 10%.
"Bulgaria está dividida de un lado entre la nostalgia de la URSS, y del otro entre la modernidad y la UE", resume el politólogo Gueorgui Kiriakov.
En este contexto, el rechazo del gobierno Petkov a pagar en rublos al gigante Gazprom, o la lucha contra "las redes de influencia rusas" no han gustado, mientras Borisov era adepto a un equilibrio entre diversos intereses.
- "Primer paso" -
En entrevista con la AFP, Petkov defiende su balance. "El Estado de derecho empezó a volver en Bulgaria", dice, y saluda un "primer paso capital" hacia la "normalidad".
Pese a que los sondeos lo dan perdedor, espera que los búlgaros opten por una "nueva Bulgaria europea, progresista, transparente" y no un retorno al pasado.
El campo de Petkov descarta claramente una alianza con Boiko Borisov, cuyas prácticas crítica. Pero sin un compromiso entre estas dos principales fuerzas políticas las posibilidades de formar gobierno son muy escasas, según los analistas.
El partido Gerb se declara por su lado "abierto a todos" para "garantizar la estabilidad" e incluso no descarta la formación de un gobierno de minoría de expertos.
Las crisis políticas sucesivas que afectan a Bulgaria están acelerando el éxodo de los jóvenes, en un país que ya ha perdido una décima parte de su población en una década.
Solo quedan 6,52 millones de búlgaros, contra cerca de 9 millones en 1989, al caer el comunismo.
D.Wason--BD