Los estragos de los combates con los rusos en un pueblo del sur de Ucrania
En el gimnasio de la escuela de Kreschenivka, un pueblo recientemente recuperado a las tropas rusas en el sur de Ucrania, la canasta de baloncesto se asoma sobre montañas de escombros, bajo un techo destrozado después de días de intensos combates.
"Los rusos habían hecho de la escuela su puesto de mando local", explica Pavlo Ulesco, de 62 años, mientras hace visitar los lugares a la AFP.
Las tropas rusas construyeron trincheras a lo largo de un edificio y excavaron enormes pozos para ocultar sus blindados.
Cuando los militares ucranianos vinieron a recuperar Kreschenivka, los rusos estaban por ello sólidamente atrincherados, lo que explica el daño infligido al complejo escolar cuando los ucranianos llegaron el domingo pasado.
A 50 metros del gimnasio, una pequeña escuela primaria perdió parte de sus muros. "Al principio bombardeaban a los rusos a distancia. La lucha callejera duró dos o tres días", explica Ulesco.
Es también la estimación que hace Vasil Jomich, de 65 años, que afirma volver del "infierno".
"Los últimos días, los nuestros apuntaban (a los rusos) desde el este y el oeste", afirma este hombre tuerto. "El cielo se iluminaba como si hubiera relámpagos, a veces se volvía rojo y el suelo temblaba", prosigue.
Su amiga Maria Jeleznyak, de 62 años, que camina con dificultad y con un brazo inutilizado, cuenta momentos extremadamente tensos el 2 de octubre, día de la liberación de Kreschenivka.
Alrededor de las 7H15, "nuestros queridos soldados llegaron", y a partir de las 9H00, "la masacre comenzó".
Los ucranianos "bombardeaban, disparaban. Era un horror. Pero sobrevivimos". Cuando vio las "bandas amarillas", signo de reconocimiento que llevan las tropas de Kiev en sus uniformes, "lloramos tanto, besamos a todos", recuerda entre lágrimas.
Pese a la intensidad de los combates, los dos sexagenarios afirman no haber visto ningún cadáver ruso en Kreschenivka.
Seis días después de esta derrota de las tropas de Moscú, nada o casi nada subsiste de su presencia, salvo la destrucción dejada a su paso.
- Borrar rodo rastro de los rusos -
En la región de Jersón, donde el jueves Kiev afirmaba haber recuperado 400 km2 de territorios a los ocupantes, el ejército ucraniano se esfuerza por borrar todo rastro del paso del enemigo.
En Kreschenivka, la AFP solo vio dos tanques rusos calcinados en el recinto de la escuela. Hacia la entrada del pueblo, otro tanque ruso había sido arrastrado recientemente, según Ulesco.
En la carretera principal que conduce a Kreschenivka, varios blindados destruidos, que la AFP había visto el viernes por la mañana, ya habían sido remolcados por la tarde.
Cerca de una escultura en forma de sandía, uno de los emblemas de la región de Jersón, gran productor de esta fruta, los cadáveres rusos visibles unos días antes en las redes sociales también desaparecieron.
El ejército ucraniano, que invitó a la AFP y a otros medios de comunicación internacionales a visitar los territorios "liberados", no quiso sin embargo mostrar el daño infligido a las fuerzas rusas. Además se prohibió hablar con los militares o filmarlos.
Lejos de estas consideraciones, los habitantes de Kreschenivka, así como los de Ukrainka, Biliaivka y Shevchenkivka, alaban a "sus héroes" y se burlan de los rusos.
"Cuando la batalla comenzó en Kreschenivka, se fueron a pie o en bicicleta. Media hora más tarde, un helicóptero (ucraniano) les disparó" y los mató a todos, narra Galina Dejtiuk, de 55 años, una residente de Shevchenkivka.
En Biliaivka, como en todo el sur rural ocupado por Moscú, se cortó internet y el teléfono funciona muy mal. Nadie esperaba a los libertadores ucranianos ni la debacle rusa.
"Ni siquiera vimos cómo se fueron, pero estamos muy felices", dice Irina Shachovska, de 41 años.
Su marido Leonid Tereshchenko, de 63 años, que pasó cinco días detenido por los rusos, el tiempo, según él, de comprobar que no era "nazi" o pro-ucraniano, lo dice sin rodeos: "en Bliaivka no hubo combates. Los rusos se largaron".
A.Zacharia--BD