La vida cerca del frente en Ucrania continúa bajo tierra
El frente está muy cerca, pero en Kryvyi Rig, en el sur de Ucrania, los niños pueden pese a todo participar en una competición de artes marciales en un refugio antinuclear.
Niños y niñas se suceden en atuendos blancos para las finales de la competición municipal anual, en este búnker construido en los años 1960 para hacer frente a cualquier ataque nuclear durante la Guerra Fría.
Luego se enfrentan, bajo la mirada de sus padres, con rostros cansados, sentados en bancos o apoyados en las paredes.
"Psicológicamente, es importante para los niños ver que los adultos no los han olvidado", opina Anatoli Voloshin, entrenador nacional.
"No han ido a la escuela desde hace meses. Necesitan sentir que vuelven a contar", añade.
Anatoli Voloshin ejerce de maestro de ceremonias, en ausencia del vicealcalde, Serguii Miliutin, que está en su oficina atento a los cortes de electricidad que afectan a su ciudad.
- "Sangre fría" -
Tras ocho meses de guerra, el vicealcalde, un hombre alegre y robusto de 45 años, tiene la costumbre de estar pegado a su teléfono. Las últimas noticias del frente aumentan su buen humor habitual.
Las fuerzas rusas han sido repelidas a cerca de una hora de carretera de los alrededores de Kryvyi Rig, ciudad industrial y rusohablante de la que son originarios el presidente Volodimir Zelenski y su esposa.
Pero al acercarse los duros meses de invierno, las fuerzas rusas han golpeado la red eléctrica del país.
El responsable municipal, mientras mordisquea un bocadillo, busca los distritos de su ciudad que necesitan ayuda urgente.
"Claro que estoy cansado físicamente", admite. Pero "hay que mantener la sangre fría y ahorrar energía. Nadie sabe cuánto va a durar esto".
Kryvyi Rig, igual que otras ciudades industriales en Ucrania, intenta encontrar una especie de equilibrio entre la desesperación y la alegría.
La cercanía de un misil, o --cada vez con más frecuencia-- de un dron suicida es anunciada por los desgarradores sonidos de las sirenas, noche y día.
El anuncio de cada misil abatido es celebrado en las redes sociales, en este país que parece haber transferido en el mundo virtual buena parte de su vida diaria.
Algunos barrios están totalmente destruidos, sin luz ni corriente, pero otros en cambio rebosan de gente que va a hacer sus compras, o pasea a sus perros, sin preocuparse por las alertas aéreas.
- "No dejen de estar atentos" -
El vicealcalde no sabe cómo hacer para que la población se tome las sirenas antiaéreas en serio, como lo hacía en los primeros días de la guerra.
"Pasamos buena parte de nuestro tiempo recordando a la gente que 'por favor, no dejen de estar atentos, no bajen la guardia'", asegura con voz preocupada.
Las escuelas y los cines están cerrados en el país debido a las amenazas de bombardeos.
Para intentar darle un símil de normalidad a la vida de los habitantes, Kryvyi Rig transformó su refugio antinuclear, igual que otras construcciones subterráneas parecidas, en sala de espectáculos y de competiciones deportivas.
Acoge también conciertos de música pop así como espectáculos del equipo de Kvartal 95, la sociedad de producción de la que Zelenski era copropietario y la estrella, hasta su elección al frente del país en abril de 2019.
Pese a tener la guerra a sus puertas, centenares de personas pasan ahí sus fines de semana.
Han sido necesarios algunos meses, explica Miliutin, para que la gente se dé cuenta que es posible tener una vida casi normal gracias a estos búnkeres olvidados, presentes en todo el país desde la época soviética.
"Todo el mundo es muy feliz ahí abajo", asegura el entrenador Anatoli Voloshin. "Es como si no hubiera guerra".
E.Narula--BD