Camioneros y humor negro en el ejército irregular ucraniano que lucha por Jersón
Los dos viejos amigos eran camioneros antes tomar las armas, y su comandante era un gerente de oficina. Ninguno de ellos esperaba estar en una trinchera cerca de una carretera que lleva a Jersón, bajo ocupación rusa, el nuevo blanco de la contraofensiva ucraniana.
Ninguno de los tres quiere admitir que la próxima fase de esta guerra depende del espíritu combativo de hombres como ellos.
Y a los tres les encantaría volver a casa.
"Las condiciones aquí no son buenas", afirma el camionero convertido en soldado raso que se hace llamar "Tío" en el frente de batalla de Jersón.
"Subimos por esta carretera bajo fuego y regresamos por esta carretera bajo fuego", explica el hombre de 51 años, de mirada traviesa.
Los campos de girasoles secos a su alrededor no les ofrecen donde ocultarse de las bombas ni de los misiles rusos que pueden caer en cualquier momento.
Recién han disparado sus propias armas de artillería y esperan la casi inevitable respuesta.
Su amigo más joven Znakhar mira sus botas sucias y echa mano del humor negro propio de tales situaciones.
"Al menos tenemos trincheras más grandes aquí. Las que cavamos allá son agujeros de tamaño individual", dice con un gesto que señala hacia las batallas que se libran más cerca de Jersón.
"Las llamamos nuestras tumbas personales".
- Expuestos -
Una carretera de 40 km de Mikolaiv, bajo control de Kiev, a Jersón, en manos rusas, es la columna vertebral del esfuerzo ucraniano por retomar el acceso al mar de Azov y cortar el enlace terrestre de Rusia con Crimea.
Los ucranianos avanzan desde dos direcciones hacia la única capital regional que los rusos han podido tomar en toda la guerra.
La ruta más larga desciende de la ciudad acerera de Kryvyi Rig y pasa por una serie de aldeas, en su mayoría bajo control ruso.
El atajo toma la autopista M14 directamente a Jersón.
La campaña está siendo encabezada por unidades élite y apoyada por un ejército irregular de voluntarios que suben y bajan por la carretera de dos vías casi sin ninguna protección frente a los drones y cazas rusos.
- Orgullo -
El comandante de los camioneros es un hombre delgado y de aspecto erudito que trabajaba en una oficina y no tenía experiencia en combate antes de la invasión rusa.
Sus ojos se humedecen de emoción al recordar el apoyo que recibe su unidad de los pocos ucranianos que no han huido de la devastación a su alrededor.
"Nos dan frutas, vegetales, incluso si no lo necesitamos", dice el comandante Mijailo con una sonrisa tímida.
"Es bonito. Es bonito pensar que tus vecinos, amigos, sus niños, que ellos lo respaldan a uno", dice el hombre de 41 años. "Todos te quieren ayudar, como pueden".
Pero su rostro se endurece cuando comienza a nombrar las armas que Ucrania necesita para expulsar a los rusos.
"Es muy difícil combatir tanques con fusiles automáticos", comentó.
- En desventaja -
A Mijailo le faltan dedos para contar las armas que sus unidades necesitan para combatir, una frustración que ha persistido desde los primeros días de la guerra.
La decisión estadounidense en mayo de comenzar a entregarle a Ucrania misiles de largo alcance cambió las condiciones de la guerra y permitió a los ucranianos lanzar su contraofensiva en el norte.
Pero los rusos han concentrado sus fuerzas para asegurar el control de Jersón.
Perder esta ciudad dejaría a Moscú con poco más que las ruinas del puerto de Mariúpol y los territorios orientales que las fuerzas prorrusas tomaron en 2014.
El comandante Andre, un veterano del conflicto de Ucrania con los prorrusos en el este, parece sentirse orgullo del poder de sus tropas, aunque sean inferiores.
Camina por un campo cubierto por los restos tiznados de un batallón ruso que intentó capturar Mikolaiv en los primeros 10 días de la guerra.
Los rusos llegaron cerca de la ciudad cuando fueron arrasados por voluntarios ucranianos que les dispararon desde los tejados cercanos.
"Ellos siguen su entrenamiento militar soviético", dice el soldado de 50 años.
"Sus libros de texto deben ser más bien de la Primera Guerra Mundial", bromea. "No hay otra forma de entender cómo combaten".
V.Ishfan--BD