La llegada de la extrema derecha en Israel provoca "miedo" entre la minoría árabe
La extrema derecha, protagonista de las últimas elecciones legislativas, se prepara a hacer una entrada sin precedentes en los círculos del poder en Israel, con el objetivo anunciado de "reforzar la identidad judía" del país, generando temor en la minoría árabe que representa un 20% de su población.
Hace dos años, el partido de extrema derecha de Itamar Ben Gvir apenas obtuvo 0,42% de los votos en las elecciones. Un año más tarde, el primer ministro de entonces, Benjamin Netanyahu, utilizó su influencia para unir a Ben Gvir con otro líder de la extrema derecha, Bezalel Smotrich, bajo la etiqueta "Sionismo religioso", lo que les permitió obtener 5% de los votos.
Hoy, esta lista se impuso como la tercera fuerza de Israel, con cerca del 11% de los votos, es decir medio millón de votantes, un espectacular avance vinculado a la vez a la "derechización" de la sociedad y a tácticas recientes, según los analistas.
"Netanyahu ha legitimado a la extrema derecha ya que la necesitaba para su coalición, mientras muchos israelíes la ven simplemente como una versión más dura de su partido, el Likud" explica a la AFP Yossi Klein Halevi, investigador del instituto Shalom Hartman de Jerusalén.
"Hay desde luego un fenómeno a largo plazo, y es que la sociedad israelí está cada vez más a la derecha, es más tradicionalista y más nacionalistas desde un punto de vista étnico y religioso" asegura por su lado Shlomo Fischer, especialista de la derecha israelí.
Este nacionalismo crece más en la "periferia" de los grandes centros, en las "clases populares" y se alimenta del contexto de inseguridad vinculado al conflicto israelo-palestino, asegura.
Estas elecciones se produjeron además en un contexto de creciente violencia y fueron las primeras tras los disturbios y enfrentamientos en las ciudades mixtas árabo-judías, en Jerusalén y en Cisjordania ocupada, en mayo de 2021.
- Rabino extremista -
Esta corriente de extrema derecha remonta en Israel al rabino extremista Meir Kahane, cuyo movimiento Kach fue prohibido tras el asesinato en 1994 de 29 palestinos que rezaban en Hebrón, en Cisjordania ocupada, por uno de sus simpatizantes, Baruch Goldstein.
Itamar Ben Gvir, que militó en Kach, tuvo mucho tiempo en su salón el retrato de Goldstein, aunque dice ahora haber tomado distancias respecto a él.
En su obra "Las emociones contra la democracia", publicado en octubre, la socióloga franco-israelí Eva Illouz estima que el movimiento Kach buscó situar el conflicto entre israelíes y árabes "no ya en torno a la tierra, sino sobre las personas".
"(...) Lo que importa ahora sobre todo es instaurar leyes que impidan de hecho a los árabes integrarse en la sociedad israelí, y asimilarse a ella" escribe la socióloga.
Ben Gvir hizo precisamente campaña criticando la presencia de un partido árabe en la coalición saliente del centrista Yair Lapid.
- "Miedo" -
La perspectiva de ver a la extrema derecha en el poder preocupa a los árabes israelíes, descendientes de los palestinos que permanecieron en sus tierras tras la creación de Israel en 1948, y que representan una quinta parte de la población total.
"Hay mucha frustración en ver a Netanyahu formar un gobierno con Ben Gvir. La gente tiene miedo de las medidas que van a aplicar (...)", explica a la AFP Jaafar Farah, director de Moussawa, una ONG de defensa de los derechos de los árabes israelíes.
En Israel, la minoría árabe cuenta con partidos en la Knesset, el parlamento. Estas formaciones obtuvieron el martes el mismo número de votos que la extrema derecha --medio millón--, pero menos diputados debido a sus divisiones internas.
Para Feda Tabouni, partidaria de la formación árabe Hadash/Taal, se impone una constatación tras estas elecciones: "Israel es cada vez más racista, fascista (...) y ello conducirá a más violencia y humillación"
A.Zacharia--BD