Activista egipcio Alaa Abdel Fattah, detenido y en huelga de hambre, está "bajo tratamiento médico"
El preso político egipcio-británico Alaa Abdel Fattah, que lleva siete meses en huelga de hambre en su prisión cerca de El Cairo, está ahora "bajo tratamiento médico", anunció el jueves la autoridad penitenciaria a su familia, haciendo temer que sea alimentado por la fuerza.
"Es necesario que nuestra madre o un representante de la embajada británica puedan verlo, para que sepamos en qué estado de salud se encuentra realmente", escribió en Twitter su hermana, Mona Seif.
Desde que Alaa Abdel Fattah dejó de beber el domingo, el día de la apertura de la COP27 en Egipto, su madre Laila Sueif visita cada día la prisión de Wadi Natrun, a 100 kilómetros al noroeste de El Cairo, sin obtener noticias.
El activista de 40 años, acérrimo enemigo del régimen del presidente Abdel Fattah al Sisi, lleva meses ingiriendo "100 calorías al día, esto es, una cucharada de miel y un poco de leche en té", según sus familiares.
El jueves, un oficial le dijo a su madre que el detenido estaba "bajo tratamiento médico" y que "se había informado al fiscal". Ni la familia ni los abogados fueron advertidos, denuncia Mona Seif. Tampoco se dio ningún detalle sobre este "tratamiento médico".
Para Hossam Bahgat, fundador de la Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales (EIPR), la mayor ONG de derechos humanos del país, esto "significa que está siendo alimentado a la fuerza".
- La movilización se acentúa -
La tía de Alaa Abdel Fattah, la célebre escritora Ahdaf Sueif, anunció a inicios de semana que había "rumores según los cuales está sedado y es alimentado por la fuerza".
Ahdaf Sueif pidió, en un mensaje en Twitter, que sea "trasladado de urgencia al hospital universitario de Qasr al Aini", el principal establecimiento público de salud en El Cairo, para "que otros representantes, además de los del Estado, puedan verlo, como sus abogados o una autoridad de la embajada británica".
Mientras que sus defensores sólo le dan unos días de vida, a menos que sea alimentado por la fuerza -lo que el derecho internacional considera como "tortura" e incluso un "crimen contra la humanidad"-, la movilización se acentúa.
El jueves, en Sharm el Sheikh -a más de 600 km al sur de Wadi Natrun-, cientos de participantes en la COP27 vestidos de blanco como prisioneros egipcios gritaron "¡Liberad a todos!", en referencia a los más de 60.000 presos políticos en Egipto, según las ONG.
La cuestión de los prisioneros en Egipto, 135º de 140 países en la clasificación mundial del Estado de Derecho del World Justice Project, es ineludible en la COP27. Varios líderes occidentales ya han pedido la liberación de Alaa Abdel Fattah al presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi.
Frente a la movilización internacional, la contracampaña se organiza. Un diputado se enfrentó a Sanaa Seif, la otra hermana de Alaa Abdel Fattah, en la COP27 antes de ser expulsado por la seguridad de la ONU.
La representación egipcia en Ginebra protestó contra las Naciones Unidas, que su vez denunciaron "juicios injustos" y "detenciones arbitrarias" en Egipto.
M.T.Johanson--BD