Biden y Xi se citan en Bali en la antesala del G20
El presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo chino Xi Jinping se reúnen este lunes en Bali para abordar sus múltiples discrepancias y establecer "salvaguardias" a su rivalidad antes de sentarse en la cumbre de líderes mundiales del G20.
El primer encuentro en persona de Biden y Xi desde la llegada del demócrata a la Casa Blanca marcará el tono de esta cumbre de dirigentes mundiales que se presenta mermada de antemano por las tensiones geopolíticas, sobre todo vinculadas a la guerra en Ucrania.
La discordia entre las dos grandes economías de mundo no ha hecho sino aumentar en los últimos tres años: desde la competencia comercial a las controversias por el origen de la pandemia, pasando por las críticas a los derechos humanos en China o el estatus de Taiwán.
Con ambas potencias disputándose su influencia política, económica y militar en el Pacífico, donde lleva años fraguándose una carrera armamentística, Biden quiere fijar las "líneas rojas" en su rivalidad.
El objetivo último es fijar "salvaguardias" y aclarar "las reglas en el camino". "Hacemos todo esto para evitar que la competición derive en conflicto", dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
De acuerdo con fuentes oficiales, la delegación estadounidense quiere convencer a Pekín para al menos sujetar las riendas de Corea del Norte después de los múltiples lanzamientos de misiles este año y los temores de un próximo ensayo nuclear.
Pero Xi, que impulsó una política exterior más agresiva, llega reforzado a la cumbre tras ser elegido para un histórico tercer mandato y probablemente con pocos incentivos para ayudar a su principal rival.
- La sombra de Ucrania -
El encuentro bilateral puede eclipsar parcialmente el inicio de una cumbre marcada por la guerra en Ucrania a pesar de los esfuerzos de Indonesia para centrarla en cuestiones de cooperación económica, recuperación económica o cambio climático...
El conflicto no está oficialmente en la agenda, pero sus rampantes consecuencias son difíciles de obviar: precios de los alimentos disparados, encarecimiento brutal de la energía, ralentización de la recuperación económica tras el covid y temores de recesión...
Con hasta 17 jefes de Estado y de gobierno citados en esta paradisíaca isla indonesia, uno de los protagonistas por ausencia de la reunión será el presidente ruso, Vladimir Putin.
En su lugar acudirá su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, quien en la víspera pidió al G20 dejar de lado la tensión política y centrarse en las cuestiones económicas por las que se fundó este grupo en 1999.
"Rechazamos categóricamente la politización del G20, la introducción de cuestiones sin relación y deliberadamente conflictivas en las discusiones y el aislamiento de participantes sobre la base de falsas acusaciones", dijo.
En un aparente mensaje a Moscú, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, defendió desde Bali que "terminar la guerra de Rusia constituye (...) simplemente lo mejor que se puede hacer para la economía mundial".
En su intento de mostrarse neutral frente al conflicto, Indonesia esquivó las presiones occidentales de apartar a Putin pero, a cambio, invitó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que comparecerá por videoconferencia.
De parte de los países latinoamericanos, solo Argentina envió a su presidente Alberto Fernández, que mantendrá reuniones de alto nivel con el presidente chino Xi y con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
Las delegaciones de México y Brasil estarán encabezadas por sus respectivos ministros de Exteriores, Marcelo Ebrard y Carlos França.
- Perspectivas pesimistas -
La cumbre oficial tendrá lugar el martes y el miércoles y contará con tres sesiones de trabajo centradas en la seguridad alimentaria y energética, la salud y la transformación digital.
Después de varias reuniones previas que terminaron sin acuerdo por las tensiones geopolíticas, es difícil que los líderes acuerden una declaración conjunta para impulsar la cooperación de este bloque que representa más del 80% del PIB mundial.
Los dirigentes lograron algunos acuerdos, como un fondo de 1.400 millones de dólares para prepararse ante futuras pandemias que, sin embargo, el país organizador considera insuficiente.
"Honestamente, creo que la situación global nunca ha sido tan compleja", reconoció un ministro del gobierno indonesio, Luhut Binsar Pandjaitan.
"Si finalmente los líderes no acuerdan una declaración, es lo que es, está bien", añadió.
V.Handa--BD