Kazajistán elige presidente tras un año marcado por sangrientos disturbios
Los kazajos votaban este domingo en Kazajistán en una elecciones presidenciales anticipadas destinadas a afianzar el poder del mandatario saliente Kasym-Jomart Tokáyev tras un año marcado por sangrientos disturbios y luchas de poder.
Los colegios electorales abrieron a la 01H00 GMT y estarán abiertos hasta las 15H00 GMT. Las encuestas a boca de urna empezarán a divulgarse tres horas más tarde.
Los comicios de esta antigua república soviética de Asia Central se producen casi un año después de unas protestas contra del alza del precio del carburante. La represión de las manifestaciones, que tuvieron lugar en enero, dejó al menos 238 muertos.
La memoria de esos hecho sigue viva y aún permanecen las tensiones. Las autoridades detuvieron el jueves a siete personas cercanas a un opositor exiliado, acusadas de haber intentado un "golpe de Estado".
Los 12 millones de kazajos convocados a las urnas podrán elegir entre Tokáyev y cinco candidatos irrelevantes.
Tokáyev, que votó por la mañana temprano en la capital Astana, debería en principio ser reelecto para un mandato de siete años.
La única incógnita consiste en saber si Tokáyev obtendrá más de 71% de los votos como en 2019. Un resultado contundente pero lejos del 98% obtenido por su predecesor Nursultán Nazarbayev en 2015.
Los comicios buscan dejar atrás un año difícil y afianzar el poder de Tokáyev, de 69 años, quien no ha permitido el surgimiento de la más mínima oposición. En su campaña, prometió forjar "un nuevo Kazajistán", más justo y menos corrupto.
Pero las dificultades económicas persisten, al igual que sus reflejos autoritarios. Desde hace meses, este exdiplomático trata de reducir la influencia de Nazarbayev, su influyente y engorroso predecesor.
- Esperanza y desilusión -
Llegado al poder tras la sorpresiva renuncia de Nazarbayev en marzo de 2019, Tokáyev abogó inicialmente por una continuidad de su omnipotente antecesor y mentor, antes de romper con él en el sangriento enero de 2022.
En ese momento, llamó a democratizar el país y a luchar contra su sistema oligárquico.
En el plano internacional, Tokáyev hace equilibrios entre Rusia, China y Occidente.
Tan solo este año recibió a los jefes de Estado de Rusia, Turquía y China, a altos dignatarios europeos y al mismo papa.
Ha criticado la invasión rusa a Ucrania, pero sin sumarse a las sanciones estadounidenses y europeas contra Rusia, principal socio comercial de Kazajistán.
Las promesas de apertura democrática y de reformas económicas han encontrado cierto eco en la población.
Una empresaria de Almaty, la principal ciudad del país, Janiya Nakizbekova, de 57 años, afirma que deposita "grandes esperanzas" en Tokáyev.
Pero los comicios dan una sensación de algo ya conocido, sin novedad real, en un paisaje político desierto, con oposición de fachada y bajo presión de las autoridades.
El jubilado Aset Temirgalev cree que "no hay ningún candidato creíble" y que "no hay ninguna opción".
En vísperas de las elecciones, el gobierno lanzó varias advertencias, que culminaron con la denuncia de un "intento de golpe" y la detención de siete partidarios del opositor exiliado Mujtar Abliazov.
Tokáyev también consideró "inaceptable glorificar" a quienes participaron en las manifestaciones de enero.
Observadores electorales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) lamentaron en un informe que sus recomendaciones "relacionadas con las libertades fundamentales y las condiciones de elegibilidad y de inscripción de candidatos" no hayan tenido seguimiento.
B.Chakrabarti--BD