La populista italiana Meloni se convierte a la ortodoxia presupuestaria
En las antípodas de los discursos electoralistas de su campaña, la líder del nuevo gobierno de extrema derecha en Italia, Giorgia Meloni, presentó el lunes un proyecto de presupuestos para 2023 continuista con la política ortodoxa de su antecesor Mario Draghi.
La primera ministra quiere evitar a toda costa las desventuras del último gobierno populista formado en 2018 por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga, que se enredó en una batalla por el déficit fiscal con Bruselas antes de retractarse por la reacción de los mercados.
"Italia respetará las reglas" europeas, prometió en su discurso de política general a finales de octubre.
Después de esmerarse en frenar los instintos de gasto de sus aliados de la Liga y Forza Italia, el consejo de ministros de Meloni aprobó el lunes por la noche su primer proyecto de presupuestos.
Las cuentas destinan más de 21.000 millones de euros (21.500 millones de dólares) de un total de 35.000 millones para respaldar a familias y empresas ante la subida de precios de la energía, lo que deja un escaso margen para financiar las promesas electorales.
"Hasta ahora, el gobierno ha demostrado pragmatismo y realismo" y reconoce que sus promesas electorales no pueden acometerse de una vez, sino "extenderse durante el mandato" de cinco años, dice Lorenzo Codogno, ex economista jefe del Tesoro italiano.
- Los remedios de Draghi -
"Con la ralentización económica mundial y el aumento de tipos de interés, están obligados a mantenerse prudentes", explica a la AFP.
"El ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, pertenece al ala moderada de la Liga. Aplicará principalmente los remedios de Mario Draghi", quien fue presidente del Banco Central Europeo durante la crisis del euro.
Giorgetti, exministro de Desarrollo Económico con Draghi, cuenta desplegar las promesas electorales a pequeñas dosis, incluso a riesgo de exasperar al líder de su partido, Matteo Salvini.
"Es un presupuesto prudente y responsable, en continuidad con el gobierno Draghi, aparte de algunas medidas simbólicas que tienen poco impacto en las cuentas pero se dirigen al electorado", comenta para la AFP Giuliano Noci, profesor de estrategia en la Escuela Politécnica de Milán.
Así, el proyecto extiende un impuesto único del 15% para autónomos que ingresan menos de 65.000 euros anuales. Pero en vez de pasar al umbral de 100.000 euros prometido en campaña, se queda por ahora en 85.000.
Meloni también prometió "reducir la presión fiscal en empresas y hogares", rebajas impositivas para los ingresos inferiores a 35.000 euros y amnistías fiscales para deudas inferiores a 1.000 euros de antes de 2015.
Además, el gobierno eleva el límite de pagos en efectivo de 2.000 a 5.000 euros, una medida controvertida que, según sus detractores, podría favorecer la evasión fiscal y la corrupción.
"Es un viaje en primera clase para los defraudadores y corruptos que se pasean con sobornos en efectivo", protestó Giuseppe Conte, líder del Movimiento 5 Estrellas.
- Jubilaciones -
Otra medida delicada que puede disgustar a Bruselas es el adelanto de la edad de jubilación hasta los 62 años a condición de llevar al menos 41 cotizados.
Sin esta medida transitoria que puede afectar a 48.000 personas, la edad de jubilación hubiera pasado de 64 años a 67 el próximo año en base a una reforma aprobada en 2011.
"Adelantar la edad de jubilación no es muy oportuno, porque Italia cuenta con muchas personas de edad avanzada y pocos jóvenes que trabajen", advierte Noci.
Para financiar estas medidas, el gobierno de Meloni quiere recortar el ingreso de ciudadanía, una ayuda destinada a los más pobres recibida por 2,5 millones de personas, y disminuir los fondos otorgados a los beneficiarios en edad de trabajar.
También aumentará del 25% al 35% el impuesto por los beneficios excesivos de los gigantes energéticos instaurado en marzo por el gobierno de Draghi.
G.Vaidya--BD